Extravagante es su vestimenta,
Dulce su entrega.
Aterciopelados labios,
Oscuros alados,
Siempre acompañada,
De su corazón sagrado.
Dientes lleva,
Con su filo penetra,
Sobre mi suave cuello saborea,
El dulce sabor de mi era.
Su piel blanca alpina,
Reluce en la villa.
A la vista de la luna,
Que siempre es suya,
Sobre mi cuello ella hace locuras.
Besos nocturnos,
Solo somos uno,
En la noche desayuno un beso tuyo.
Estoy de caza,
Vampiro es mi raza,
Un festín me regala,
tu dulce mirada.
Mas yo quiero a ti mi vampiresa,
En esta eterna vida,
Sobre las eternas noches convivas,
Con el vampiro de tu vida
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