Querido papa:
Siento tu ausencia,
Ausencia de tu ser.
Encerrada en mi corazón,
No es más que una mariposa,
Hacia la libertad del amanecer.
En un precioso amanecer rojeado,
Mis lágrimas quieren escapar de mis ojos,
Lagrimas vuelan tan cesar el viento al acariciar.
Creo estar congelada en este mar,
En esta vida oscura sin rumbo para navegar.
Mi pelo se alza más ver el viento a su paso,
Estas aquí, cerca de mi presencia,
Siento tu calor,
En esta húmeda y sombría playa,
Mas solo arropada por la marea estoy.
Nunca te exprese lo que mi corazón años atrás no dijo,
Más papa,
Eres el guardián en los días del frio sentimental,
Arropadita sin cesar,
No dejaba de estar.
Ahora sufro por tu ausencia,
Llegue tarde al retractarme…
Más tú no quisiste esperarme.
Sueño con tu regreso,
Más no me lo merezco.
Alguien toco mi hombro,
Más yo creí que solo era el solitario viento,
Que me consolaba sin cesar.
Te vi,
Volví a ver…
entre Lagrimas y abrazos abrazaba la brisa del mar,
El deseo de mis sentimientos se cumplió.
No quiero alargarme más,
Porque ya estás en el sitio,
Donde mi corazón ya no siente frio,
Donde te tendré para siempre,
Por siempre jamás en el centro de mi corazón
Autor: David Navarro
Autor: David Navarro
No hay comentarios:
Publicar un comentario