Florezco sobre este campo,
acariciando su manto,
ante este chispeante espectáculo.
Añoranza de tu piel,
las estrellas no se ven,
porque el cielo esta sin el.
Incandescente se pone el cielo,
bajo tus colores, rojo fuego.
Mis lagrimas se derraman,
en el anhelo de tu ausencia,
ese fuego en lo alto me lo recuerda.
Pido el deseo de que vengas,
disfrutes conmigo de este aperitivo,
mas el postre eres tu amante mio.
Unas manos me ciegan la mirada,
esa voz me era conocida,
no me lo creía,
parecía un sueño mas que vida.
Junto a mi se acurruco,
el cielo volvía a brillar sin razón,
Su sonrisa encendía este cielo,
me hacia reír por completo,
porque el, es mi hombre perfecto.
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