Lucha incansables,
en el terreno del corazón.
Es inevitable,
no pelearme.
El motor de nuestro cuerpo,
a veces se pone cabezón,
No nos deja ver las cosas con razón,
caemos en una rebelión.
En esta guerra,
no se gana,
ni es perdida.
La culpa nos carcome después de vivirla,
no viviré de rodillas,
pero si, abrazado a esta maravilla.
Autor: David Navarro.
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