Paseando sobre tus suaves lomos de arena,
mis pies se hunden en ella.
Camino de su mano,
su sonrisa no necesita un mando,
solo necesita mi mano.
El sol nos ciega,
con su anaranjada piel de naranja.
La paz nos inunda por dentro,
el suave silbido de ese pajarito,
el mar susurrando en nuestro oído.
Abrazados sobre tu lomo estamos,
con un atardecer de nuestro lado,
no estaría mal un beso para celebrarlo,
en este atardecer romántico.
Autor: David Navarro
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