miércoles, 3 de julio de 2013

El bosque que habitaba una vida negra



Dulce viento helado,
Extraño para el verano,
Conocido para primavera,
Perdido en el verano.
En las paredes de los bosques,
Te encuentro ocre…
Soy una pequeña rosa negra,
Encerrada en un gran bosque,
Condenada a morir en la arboleda entre el roce,
De un viento helado en mis pétalos helados.
Mi vida se ve marchita cada vez más,
Entre angustias y sufrimientos de otros sin pesar.
Vivo en mi vida con miedo a morir,
Cada hoja que se derrama…
Es una perdición que enmascara.
Mi dulce y esperada muerte.

Autor: David Navarro


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