Dulce ama mía,
siempre añoro a la niña,
que hay en mi vida.
Salgo a volar,
sobre el gran alta mar,
pensando que en mi vida vas a estar,
siempre en un pedestal.
Bato mis alas,
pues ya me reclama,
la luz de tu alma.
Entre mis alas,
deseas mi abrazo,
para ponerle a salvo.
Agarrada a mi,
no dejes de sentir,
nunca el amor para vivir.
Quiero pervivir junto a ti,
en este mundo vil,
en el que solo una persona puede hacerme feliz.
Ama mía siempre seras mía,
aunque otros digan tonterías,
siempre seras mi vida
Autor: David Navarro
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